Después de los pinchos y cervezas de ayer noche cuesta un poco levantarse. Miras por la ventana y.... oh oh, me parece que ha helado un poquito. Con lo poco amigo que soy del frío!
8:20 de la mañana marca el reloj cuando llego al lugar de la carrera. No puedo dejar de mirar el reloj, es mucho mejor que bajar la mirada al termómetro: 2 bajo cero. Hoy va a ser un día duro.
Dos vueltas de reconocimiento al circuito y cola en las inscripciones. Empieza a pintar mal con nauseas y pequeños mareos. El circuito me gusta y aunque con pocas ganas, he de correr. Mi táctica: calentar dentro de la furgo con la calefacción y ya veremos que pasa.
Linea de salida, Karmelo está en boxes con la bici de repuesto y Cristian recoje mi ropa de abrigo. Que bueno es tener amigos que te hechen una mano. Silvato y larga recta de salida. Me huele mal y no son las caquitas de los nervios, me parece que en la curva de entrada a la campa va a haber jaleo. Me hecho a un lado y veo a Andoni volar junto a un grupo de corredores que le pasan por encima. He librado y me coloco en el grupo de cabeza, a ver si mantengo el tipo. Voy cediendo algún puesto pero también adelanto gente. Al final entro el 7º master 30 y encima he entrado en calor.
Ojala fuera tan bueno en carrera como Karmelo animando y haciendo el cambio de bicis. Karmelo campeón.
Rápida recogida, hoy no me quedo a ver el resto de carreras que quiero descansar para mañana: Zeberio.
¡ Sacad a Karmelo de los boxes ! el talento y la clase sobre ruedas tienen que estar dentro de las cintas pedaleando...este año no ha corrido ni una todavia, ya comprobe el viernes que al vino y a la cerveza sigue tirando del pelotón como Bob Esponja
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